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Ilya U. Topper / Blanca Arangüena
[Estambul · May 2012]

Una guerra en el aire

No habrá guerra. Por ahora, al menos. La frontera entre Turquía y Siria puede que esté al rojo vivo, pero no se prevé que pase a incendio abierto. Eso se desprende del discurso del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en el que condenó rotundamente el derribo de un caza turco por parte de las defensas antiaéreas sirias, pero evitó anunciar represalias directas.

Se quedó en las amenazas: “Cualquier elemento militar que se aproxime desde Siria a las fronteras turcas será considerado una amenaza y un objetivo militar. Advertimos a Siria de que no cometa ningún error", dijo Erdogan en un discurso ante el Parlamento el martes pasado, esperado con ansiedad en Turquía desde que el viernes se difundió la noticia de que un Phantom 4, que había despegado de la base de Malatya en el sur de Turquía, desapareció de los radares mientras sobrevolaba el Mediterráneo a escasa distancia de las costas sirias.

El primer ministro reiteró la posición turca: el avión turco derribado efectuaba un vuelo para poner a prueba los radares turcos, motivo por el que volaba bajo, no llevaba armamento y se hallaba en el espacio aéreo internacional, a 13 millas de las costas sirias, cuando fue alcanzado, aunque cayó después en aguas territoriales del país árabe. El sábado, el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, había admitido que poco antes de ser derribado, el caza había atravesado de hecho el espacio aéreo sirio, pero por poco rato, y que corrigió el rumbo sin advertencia por parte de Siria. El derribo tuvo lugar 16 minutos más tarde, cuando efectuaba otro giro fuera de la frontera de las 12 millas.

Y no tiene ninguna justificación, tronó Erdogan, porque pasar raspando por un espacio aéreo ajeno es de lo más común, pura rutina. "Desde el 1 de enero pasado hasta hoy, el espacio aéreo turco ha sido vulnerado 114 veces por diferentes aviones; cinco veces fue invadido por helicópteros sirios", detalló. En tal caso, y finalmente cabe enviar los propios cazas para obligar al intruso a aterrizar. Pero en ningún caso se dispara sin previo aviso, explicaba el primer ministro. Y hay pruebas de que

“Efectivamente, fue una provocación, fue una acción consciente, no un error como se dijo”, defiende Oytun Orhan, experto del centro de análisis turco ORSAM. “Fue una decisión que tomaron las autoridades de Damasco a sabiendas que se trataba de un caza turco. Eso se escucha en las grabaciones de radio. Desde la frontera se comunicaron con la capital y diez minutos más tarde, cuando se encontraba fuera del espacio aéreo sirio, lo dispararon”.

Si es cierto que Turquía tiene pruebas de esta conversación – el propio Erdogan aseguró el martes que está demostrado que Siria sabía que era una avión turco antes de disparar– queda en ridículo el intento de echar balones fuera del ministro de Comunicación sirio, Omran Zubi. “Creíamos que era un caza israelí; a uno turco no le habríamos disparado”, dijo el ministro el miércoles en una entrevista en la prensa turca. “Los aviones turcos y los israelíes se parecen. Y a los aviones israelíes que entran en Siria se les dispara”, se justificó.

Falso. No sólo porque Israel retiró sus Phantom F4 en 2004 y los sustituyó por F-16, sino también porque los cazas israelíes sobrevuelan con cierta frecuencia las ciudades sirias sin que ocurra nada. "Siria nunca dispara a los cazas israelíes que sobrevuelan su territorio, porque no desea una guerra con Israel", cree Hefiz Abdulrahman, activista y miembro del Consejo Nacional Sirio, el organismo que intenta aglutinar la oposición al régimen de Bashar Asad.

Obviamente, Damasco sabía lo que hacía al derribar el avión turco, asegura Hefiz. "Bashar Asad siempre ha amenazado con que el conflicto sirio podría incendiar toda la región si hay una intervención de fuera; al derribar el avión turco juega esta carta”. ¿No es jugar con fuego? Sí, pero puede que el régimen se queme menos que sus enemigos. “Actualmente hay mucha gente indecisa en Siria, pero cerrarían filas con el régimen en el momento en que haya un enemigo externo creíble, por lo que la tensión le conviene a Asad", opina el activista.

Oytun Orhan, por su parte, cree que el derribo tiene un triple objetivo. “La intención de Siria, pero también de Rusia, era enviar un mensaje. Por una parte, este mensaje va dirigido a Turquía y la Comunidad Internacional: muestra que el régimen posee ahora un sistema de defensa antiaérea muy potente y el respaldo decidido de Rusia. Por otra parte busca desacreditar a Turquía en la esfera internacional y como actor regional. Y finalmente tiene un objetivo interno: quiere movilizar el régimen desde dentro y acabar con las deserciones. Tambien es un mensaje para la disidencia: "Hemos derribado uno de los aviones turcos y no han hecho nada”, concluye el analista.

¿Qué ocurrirá ahora? Turquía “tomará las medidas necesarias, determinando por su cuenta el lugar, tiempo y método, y utilizando los derechos que emergen de la legislación internacional”, dijo Erdogan el martes, dejando todo en el aire. Aparte de la amenaza de disparar contra cualquier “elemento militar” sirio, no habrá consecuencias inmediatas. “No estamos más cerca de un enfrentamiento abierto. La posibilidad de una guerra existe, pero no es inminente. Los sirios van a evitar provocar a Turquía por ahora”, cree Orhan.

La postura poco beligerante de Turquía se mostró también a la hora de preparar la reunión de la OTAN que se celebró el martes en Bruselas: Ankara solicitó la sesión invocandoe el artículo 4 del Tratado Atlántico, que obliga a los miembros a consultar cuando "en opinión de uno de ellos, esté amenazada la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de ellos". Renunció, así, recurrir al artículo 5, que se activa cuando se constata una agresión militar contra uno de los miembros de la OTAN.

Erdogan reiteró que "la paciencia y la sangre fría de Turquía no se deben interpretar como debilidad" y añadió que "la ira de Turquía es tan violenta y rotunda como su amistad es valiosa", reiterando así quiere seguir manteniendo el papel de potencia regional. Y Siria ya no es amigo: Erdogan lamentó que Bashar Asad no haya cumplido las expectativas de reforma tras la muerte de su padre, pese a las muchos consejos recibidos Turquía. Ahora, Ankara ofrecerá "todo el apoyo necesario" al pueblo sirio para que se libere de la "dictadura" de Asad, prometió el primero ministro.

¿Qué repercusiones tiene esto en la práctica?  “En primer lugar, Turquía ha dicho que responderá de forma contundente la violación de su frontera. Esto creará  en la práctica una zona de refugio seguro para los refugiados del norte de Siria.  En segundo lugar. Erdogan dijo que ayudará a la oposición siria "por todos los medios". Esto lleva implícito la posibilidad de ayudar con armamento al Ejercito Libre Sirio. Creo que a la larga, le dará a Turquía un margen de maniobra más amplio para luchar contra el régimen”, analiza Oytun Orhan.

El anuncio de Erdogan llegó cuatro días después del derribo y, de hecho, el viernes, recién regresado de su viaje a México y Brasil, al primer ministro se le veía extremamente nervioso y sin ganas de aclarar siquiera a la prensa si se trataba de un derribo o un accidente. Pero tal vez, Turquía haya ido arrastrando los pies porque necesita el beneplácito de Damasco para seguir buscando a los dos pilotos desaparecidos: hay consenso en que el avión cayó en aguas sirias, a ocho millas de la costa, y la búsqueda continúa “de forma coordinada con las autoridades sirias”, según confirmó la televisión pública TRT el domingo. El miércoles, Omran Zubi negó rotundamente que Siria supiera algo de los tripulantes del caza.

Las esperanzas de encontrar con vida a los pilotos son ya muy escasos, sobre todo desde que se encontraron el lunes unas botas militares y el martes los cascos de los tripulantes, junto a algunos restos del avión. Pero mientras no se dé por concluida la búsqueda —y la vida de un soldado turco es un importante argumento en la política interior— no se pueden desencadenar hostilidades. Siria ya disparó, así lo confirmó Erdogan el martes, un avión de rescate tipo Casa que acudió a la zona poco después de constatarse el derribo del caza, aunque aparentemente se trataba de acosar el avión más que de derribarlo, y Siria puso fin al fuego tras una protesta turca.

En los próximos días puede que la frontera se caliente un poco más. Según el diario Hürriyet, el mismo miércoles por la tarde, el ejército turco movió unos 30 vehículos militares con tropas y algunos camiones con baterías de misiles hacia la frontera siria en la provincia de Hatay, y los estacionó en los municipios de Reyhanli, Altinözü y Yailadag... precisamente los lugares donde se ubican los campamentos de refugiados sirios. No sólo hay 30.000 civiles aquí: también están los cuarteles generales del Ejército Sirio Libre, si bien Ankara niega que lleven armas en territorio turco.

Ya el martes se había informado del traslado de tanques y artillería a la región fronteriza de Mardin, pero en el lado sirio de esta zona oriental por ahora no hay combates del Ejército Sirio Libre y lo más probable es que este movimiento esté relacionado con las actividades de la guerrilla kurda, el PKK, que de hecho libro intensos combates en la cercana zona de Sirnak a mediados del mes, tras infiltrarse, supuestamente, desde Siria.

Por el momento, la respuesta medida de Turquía parece desmentir las especulaciones sobre una posible provocación de Ankara hacia Siria para forzar un 'casus belli', un motivo de internvención. Aunque teorías no faltan. Orhan Düzgün, un diputado del partido socialdemócrata CHP, en la oposición, abrió el fuego el miércoles al declarar a la prensa turca que el caza derribado no iba solo, algo que contradice la versión oficial de un vuelo en solitario.

Düzgün asegura que los habitantes de Hatay, la provincia turca que el Phantom sobrevoló a baja altura poco antes de ser alcanzado, habían observado un tándem de cazas. “Todo Hatay ha visto que había dos aviones; uno fue derribado, pero nadie ha aclarado qué fue del otro y qué hacía allí”, dice el diputado, aunque cree saber que pertenecía “a un país de la OTAN”. Las especulaciones sobre el vuelo del Phantom continuarán.

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