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Ediciones Oriente Mediterraneo El caos que viene Cuentos Populares Bereberes Defensa Siciliana

Iara Lee
Iara Lee
[Jul 2011]
BAhrÉin  columna 

Bahréin y la verdadera cara de EE UU

No es casualidad que las dos principales historias con final feliz de la 'Primavera árabe' ―Egipto y Túnez― eran ambas de naturaleza no violenta y no occidental. Estas protestas antiautoritarias en todo Oriente Medio y África del Norte han sido un tiempo incómodo de indecisión en gran parte del mundo occidental. Especialmente para la Administración Obama, que había estado bastante contenta con el status quo de las dictaduras corruptas y represivas en la región, mientras ponía una cara agradable a las políticas militaristas y corporativistas que continúan desde la era de Bush.

Donde más evidente se ha hecho es en Bahréin, la minúscula nación del Golfo adonde fui a inicios de marzo para unirme a las manifestaciones y aprender algo sobre esta rebelión, sin precedentes en un país del Golfo. Hombres y mujeres se juntaban en la Plaza de la Perla, con flores y pancartas como “Abajo la Corona”

En esta época era casi una cita festiva: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos se juntaban sin distinción en la Plaza de la Perla. Llevaban pancartas como “Abajo la Corona”, tenían flores en las manos y hacían ondear los colores rojos y blancos de la bandera bahreiní.

Poco después de llegar me hicieron un regalo: una chapa que rezaba: Ni suníes ni chiíes, sino bahreiníes.

Se montaban tiendas donde los hombres fumaban narguilé, asaban kebabs y escuchaban la radio para oír noticias de la reacción en cadena de rebeliones en toda África del Norte y Oriente Medio. Al ver a ciudadanos comunes caminar en cadenas humanas, cantando esloganes prodemocráticos y protestando ante edificios gubernamentales, me llenó una especie de alegría surrealista. Surrealista porque todo el mundo en la calle sabía que esto no podía durar de ninguna manera, que la monarquía bahreiní no toleraría esta disidencia, por muy pacífica y no violenta que fuera. Y todo el mundo tenía razón.

Durante un discurso ante el Ministerio de Exteriores, el presidente Barack Obama aseguró que “los intereses de América no son contrarios a las esperanzas de los pueblos; comparten lo esencial”.

Tal vez pudiera haber aclarado un poco más a qué “pueblos” y a que “esperanzas” se refería, porque poco después de que yo me fuera de Bahréin, el ministro de Defensa estadounidense Robert Gates llegó a Arabia Saudí y, pisándole los talones, los tanques de la Casa de Saud en una demostración de fuerza que envió un mensaje inequívoco a los ciudadanos de Bahréin: no se toleraría un “cambio”. Si eso fuera Libia, y no Bahréin, pregonarían los abusos a los cuatro vientos, hinchados de indignación

A finales de marzo, la Plaza de la Perla se había convertido literalmente en la Plaza de los Mártires; el propio monumento había sido destrozado, la atmósfera antes jubilosa y esperanzadora estaba en ruinas. Desde entonces, en el puerto base de la Quinta Flota de la Marina estadounidense, docenas de personas han muerto, más de un millar de bahreiníes fueron detenidos (y su cifra sigue creciendo), casi treinta mezquitas chiíes fueron destruidas y continúa una campaña de represión dirigida contra todos los segmentos de la sociedad sin que la Administración Obama dijera ni pío.

Si eso fuera Libia, y no Bahréin, podemos estar seguros de que, hinchados de indignación, pregonarían estos abusos a los cuatro vientos como otra justificación más para una intervención de la OTAN. Pero no es Libia sino Bahréin, donde las palabras “pueblo” y “esperanza” significan cosas muy distintas. Porque la familia real suní gobierna una población en su mayoría chií, señalan de forma acusadora a Irán e Hizbulá

De hecho, en una señal de complicidad hacia sus amos árabes en el Golfo, el presidente Obama mencionó Irán en relación con las protestas de Bahréin, un país que, según asegura, “ha intentado aprovecharse de las revueltas allí [en Bahréin], mientras que el gobierno bahreiní tiene un interés legítimo en preservar ley y orden”.... una excusa cutre ante la brutalidad de las fuerzas saudíes que intentan enviar un mensaje de advertencia a los potenciales manifestantes en otros estados árabes del Golfo.

Porque la familia real suní gobierna una población en su mayoría chií, se han precipitado a señalar de forma acusadora a Irán e Hizbulá, en lugar de afrontar sus propios fallos a la hora de gobernar su pueblo, que no se manifiesta a favor de una una revolución a gran escala sino a favor de más libertades en la educación y la economía, los mismos temas que afectan a la juventud en lugares como Túnez y Egipto.

Bahréin es la cara de la política exterior de Estados Unidos, no guiada por algún benevolente principio democrático sino por el oportunismo... uno que está en deuda con las bien aceitadas monarquías del Golfo; uno que contradice los agradables ejercicios verbales del presidente Obama y lo convierte en gran medida en un cómplice en el crimen contra la gente de la calle de Bahréin. Al Jazeera, que ha ofrecido la cobertura más sólida de Egipto y Túnez, también ha estado callada en Bahréin

Los medios de comunicación convencionales en Occiddente han ignorado voluntariamente los abusos continuos en Bahréin, y Al Jazeera, que ha ofrecido la cobertura más sólida de las revueltas en Egipto y Túnez y otros lugares, también ha estado llamativamente callada respecto a la represión en Bahréin.

No sorprende gran cosa, si uno recuerda que Al Jazeera es propiedad de la familia real de Qatar, otra monarquía del Golfo que se siente incómoda con los cambios en la región. Afortunadamente hay activistas valientes en el terreno en Bahréin que se han conectado con ciudadanos preocupados en todas partes del mundo para llamar la atención de la gente de la calle, a miles de kilómetros de distancia y cegada por las cortinas de humo de la ofuscación mediática.

Te animo a visitar las páginas web abajo, a firmar las peticiones y suscribirte a sus listas de difusión para mantenerte al tanto de una revolución realmente democrática que está en marcha, pese a los denodados esfuerzos de las monarquías del petróleo y sus clientes supuestamente prodemocráticos de Norteamérica.

Bahrain Youth Society for Human Rights
Bahrain Center for Human Rights
Amnistía International (inglés, más completo)
Amnistia Internacional (en castellano)