Un mal comienzo

Si un buen comienzo es la mitad del camino, entonces todo lo que acompañó a la votación de las nuevas medidas de austeridad y las privatizaciones el 29 de junio pasado, no anticipa nada bueno ni para el futuro del país, ni para el programa a medio plazo que nos salvará, supuestamente, de la bancarrota: recordando el mes de diciembre de 2008, el centro de Atenas se convirtió en campo de batalla, mientras que la policía antidisturbios siguió una táctica sin precedentes, usando la violencia de forma declarada e incontrolable.

Para un gobierno que merece un cero, incluso en materia de comunicación, la noticia ya no era la aprobación de su política, sino los violentos enfrentamientos de muchas horas y la impotencia de la policía para reprimirlos. Dieron motivo para la violencia los provocadores, cuya relación con el poder se demuestra en un vídeo

Es un hecho que dieron motivos los conocidos y estúpidos provocadores, y los supuestos anarquistas, cuya relación de confianza con el poder se demuestra de forma irrefutable en el vídeo de nuestra web. Todos los movimientos de la policía demuestran que sus jefes políticos querían combinar la aprobación del programa a medio plazo —que era segura después del voto de confianza a a favor del gobierno— con el desaolojo definitivo de los importunos ´Indignados´ de la plaza Syntagma.

Esa táctica no forma parte de los movimientos más inteligentes del gobierno. Los Indignados volverían a la plaza porque los fenómenos sociales no son provisionales, pero la votación del programa a medio plazo por un lado y el calor por el otro, los harán marcharse en los próximos días. El otro día, mucha gente en los corrillos de la plaza decía que ¨mañana es el último día, para el verano, al menos¨.

El Ministerio de Protección Ciudadana no hizo más que reforzar su obstinación para quedarse más tiempo y volverse más decididos. En la mente de [Christos] Papoutsis [ministro de Protección Ciudadana] había, por supuesto, el miedo del ataque al Parlamento, pero como a menudo sucede, el miedo y el pánico no son buenos consejeros. Los agentes daprovecharon la orden de 'no volver a la plaza con las manos vacías' o actuaron para desquitarse

No es cierto que las cosas ocurrieran por el motivo que se ha dicho. ¿Acaso ordenaron a las fuerzas policiales Delta y Dias que llegaran hasta la calle Dionysiou Aeropagitou y la zona de Monastiraki persiguiendo a los asiduos del legendario Baïraktari, una taberna de las más viejas del centro de Atenas? O los 'agentes del orden' aprovecharon la orden de 'no volver a la plaza con las manos vacías', o actuaron para desquitarse; de hecho, les oyeron en algunos casos gritar a los que golpeaban: "Ahora vamos a vengarnos".

Por cierto, los medios de comunicación internacionales se frotaban las manos de alegría por las imágenes únicas que les ofreció el Gobierno griego, mientras que los turistas en la zona de Monastiraki se frotaban los ojos por los gases lacrimógenos.

Con la recesión de la economía por la adopción del programa a medio plazo, los hechos del 29 de junio (como también la estúpida huelga naviera que aún continúa: los huelguistas de todo el país se ahorcan con su propia soga) dieron un golpe más al único recurso que nos queda en este país, el turismo.

Celebrando así la votación del programa a medio plazo, [el primer ministro Georgios] Papandreou en realidad ha conseguido una victoria pírrica: igual que el rey de Epiro después de la batalla contra los romanos ha perdido mucha fuerza en las luchas de las últimas semanas por el programa a medio plazo y ahora no le queda más para llevarlo adelante. El menor obstáculo, cualquier conflicto por alguna de las privatizaciones o alguna nueva exigencia de la Troika sobre el pago de la próximo plazo de la deuda , puede hacer saltar todo por los aires.

Sólo las grandes iniciativas similares al modelo del plan Marshall podrían cambiar el clima en Grecia, pero no hay líderes de esa envergadura en la Unión Europea: como demuestra el excelente análisis del periodista Panos Panagiotou, el renombrado plan de Sarkozy ayuda sobre todo a los bancos franceses.

Perdida su credibilidad ante los socios, debido a las contínuas retractaciones públicas, el gobierno no pudo negociar la votación del programa a medio plazo con iniciativas de desarrollo que constituirían un tipo de solución. Se conformó con el voto de los diputados con el dilema del último momento, planteado como "programa a medio plazo o bancarrota", igual como había ocurrido el año pasado con el primer memorándum, también aprobado en el último momento.

¿Hay alguien en el Gobierno que crea en serio que en el futuro habrá oportunidad para continuar utilizando este tipo de chantajes?