El gobierno y la huelga de los 300

La lucha sin precedentes entre [Giannis] Ragousis [ministro de Interior] y [Evangelos] Venizelos [ministro de Defensa] muestra de forma muy clara la debilidad de gestíon de los problemas actuales de un gobierno que ambicionaba salvar el país de la peor crisis de los últimos años. El ministro de Interior, que hace unos meses se encargó de la sintonización de las tareas del gobierno, denuncia en público al ministro de Defensa. Con el capitán navegando en el extranjero, la tripulación se dirige hacia las rocas.

La huelga de hambre de los 300 emigrantes en Atenas y en Salónica es una cuestión dura, dadas las dimensiones políticas del asunto emigratorio en Grecia. Sin embargo, los últimos días los huelguistas de hambre empezaron a diferenciar su demanda inicial y maximalista de legalización de todos los emigrantes y en las negociaciones indirectas con el gobierno declararon que estaban dispuestos a negociar con el ministro de Interior sin presentar sus condiciones a priori.

A pesar del compromiso parcial que propusieron algunos ministros, como [Christos] Papoutsis [ministro de Protección Ciudadana], Ragousis ha adoptado una posición bastante implacable contando con la fatiga de los huelguistas que, por supuesto, no quieren morir. La huelga de hambre de los 300 emigrantes es una cuestión dura, dadas sus dimensiones políticas

Es una lucha exhaustiva ya que una muerte inesperada podría provocar reacciones incontrolables. Eso declaró Venizelos, diciendo que “la posibilidad de la pérdida de una vida humana podría tener consecuencias negativas para el país, que no ayudan a su economía ni a la función del régimen democrático”.

No está claro todavía si la reacción enojada de Ragousis muestra un gobierno al borde de un ataque de nervios o consiste la apertura de una lucha por sucesión en el PASOK [el partido socialista, en el gobierno]. Es indiscutible: el gobierno tiene que solucionar el problema de los ‘300’.

La proposición de la Asociación Griega para los Derechos Humanos [otorgamiento del permiso de residencia en casos particulares, permisos renovables por 6 meses con compromiso de aplazamiento de la deportación] constiyue una salida importante del problema y satisface las demandas principales de los huelguistas. Y para el gobierno la solución del problema es una urgencia...