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 Turquía

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Creado como estado: 1932 (bajo tutela británica)
Capital: Bagdad
Población: 31 millones
Lenguas: árabe (oficial) kurdo (cooficial), árabe iraquí
Religión: islam [chií y suní] (oficial), cristianos caldeos, asirios, mandeos, yazidíes (minorías)
Moneda: dinar
Siglas internet: .iq Prefijo: +964-
Gobierno: República
Primer ministro: Nuri Maliki (desde 2006)
Conflictos armados: guerra civil, conflicto kurdo

Iraq es un país inventado por Gran Bretaña. Tras la caída del Imperio Otomano, la administración colonial británica unió tres provincias —Bagdad, Basora y Mosul— en un nuevo estado, que puso bajo mando de la dinastía árabe hashemí, oriunda de Arabia central.

A partir de 1958, una serie de golpes de estado acabaron con la monarquía y forjaron una identidad nacional iraquí, en la que también participaba la población kurda, pese a que los líderes kurdos nunca dejaron de reivindicar una mayor autonomía.

Tras la llegada al poder del partido Baaz, laico y socialista, en 1968, el poder de las antaño poderosas confederaciones de tribus se redujo casi a cero. También se borraron las diferencias sociales entre las distintas comunidades religiosas —suníes, chiíes, cristianos caldeos, asirios, judíos, yazidíes, mandeos....— aunque, eso sí, el aparato del poder reclutaba sobre todo a suníes.

La riqueza generada por los ingresos del petróleo y una abundante agricultura, junto a la apuesta del partido Baaz por la educación, la sanidad y la igualdad de los derechos de hombres y mujeres convirtieron Iraq en los años setenta en el país más avanzado y más liberal del mundo árabe. La guerra contra Irán (1980-1988) dio al traste con estos avances. La sangría económica y social hizo aumentar el descontento y la represión, agudizó el conflicto kurdo y motivó, pocos años después, el segundo intento bélico del presidente Sadam Husein: la invasión de Kuwait en 1990.

La derrota y el bloqueo impuesto por la comunidad internacional arruinaron el país y redujeron enormemente los niveles de salud, educación y libertades sociales. El gobierno buscó el respaldo de los sectores religiosos, que así ganaron influencia. La represión de la revuelta chií en el sur y la autonomía kurda en el norte, respaldada por Estados Unidos, empezaron a fraccionar la unidad nacional.

Pero fue la invasión estadounidense de 2003 la que cambió radicalmente el aspecto de Iraq. La administración provisional establecida por Washington dividía el poder entre suníes, chiíes, cristianos, kurdos y turcomanos, según un sistema de cuotas, e inauguró así un sistema de bloques políticos basados únicamente en la afiliación religiosa o étnica. En consecuencia, las milicias financiadas por los diferentes grupos iniciaron una guerra de poder, en la que los ciudadanos fueron masacrados únicamente por su afiliación religiosa. Los partidos más integristas se hicieron con el mando y la nueva constitución iraquí, aprobada en 2005, estableció por primera vez el islam como religión oficial de estado, con la especificación de que ninguna ley deberá contradecir las normas de esta religión.

Pese a la celebración de elecciones y la gradual cesión de poder a los líderes políticos iraquíes, la división étnico-religiosa sigue dominando el país y Bagdad, ciudad completamente mixta hasta 2004, se ha dividido en barrios vigilados por milicias y rodeados de muros para aislar una comunidad religiosa de otra. La inmensa mayoría de los cristianos, especialmente perseguidos por las milicias integristas islámicas, ha abandonado el país. Comunidades menores como la yazidí o la mandea ven amenazada su supervivencia.

Actualmente, el Parlamento está dominado por los bloques orientados por diferentes teólogos chiíes. El poder ejecutivo recae en el primer ministro, mientras que el presidente tiene atribuciones simbólicas. Desde 2005, el cargo lo ocupa Jalal Talabani, antiguo guerrillero independentista kurdo.

Estados Unidos retiró oficialmente sus tropas en diciembre de 2011, aunque mantiene una enorme embajada fortificada en Bagdad. La influencia iraní crece, dado el ascendiente religioso de los teólogos chiíes sobre los partidos formados según criterios religiosos.