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Ediciones Oriente y Mediterraneo
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IriarteTopper
Daniel Iriarte / Ilya U. Topper
[Estambul · Mar 2012]
Turquía reportaje 

El PKK se hace fuerte en el norte de Siria

Control del PYD kurdo en Afrin, Siria
El Partido Unión y Democracia (PYD), las siglas sirias de la guerrilla kurda PKK, está empezando a tomar el control en algunas partes del norte de Siria, con el tácito acuerdo del régimen de Damasco.

La foto está tomada en una carretera en el norte de Siria. Muestra un 'check-point', uno de los innumerable controles militares que caracterizan todas las zonas en conflicto entre Iraq y el Mediterráneo. Una caseta, una cinta que cierra la carretera, una posición de tiro rodeada de sacos terreros. Y por encima las banderas de tres franjas horizontales, amarilla, roja, verde, del Partido Unión Democrática (PYD), la rama siria de la guerrilla kurda, el PKK.

¿En qué bando están los milicianos kurdos que vigilan el 'check-point' y registran coches? Esta pregunta se hacen los activistas sirios por cuyas redes circula la foto desde mediados de febrero.

“No llevan armas”, precisa Hefiz Abdulrahman, un periodista y activista de derechos humanos kurdo, oriundo de Qamishli, que se vio obligado a exilarse a Turquía hace algo más de un año tras pasar unos meses en las cárceles del régimen sirio. “Ellos dicen que quieren coordinar la vida de la gente y controlan la distribución del pan, pero no se presentan como una milicia armada”.

Han establecido los llamados "Comités de la Defensa Popular" para administrar la vida en algunos pueblos y ciudades kurdas, detener a los delincuentes, poner controles para proteger los pueblos por la falta de seguridad, organizar el reparto de pan y combustibles”, corrobora Zinar Ala, un bloguero y analista kurdo refugiado en España, responsable de la web “Actualidad kurda”. Sí cree que pueden llevar “armas ligeras, pistolas o kalashnikov”.

Ambos activistas confirman que PKK y PYD son la misma organización, aunque usen diferentes siglas y diferentes banderas.De hecho, en sus marchas, los afiliados del PYD se identifican como “soldados de Abdullah Öcalan”, el fundador del PKK encarcelado desde 1999 en Turquía; una adhesión ideológica que la propia web oficial del PYD subraya en varios artículos.

Control del PYD kurdo en Afrin, SiriaDesde abril, varios grupos de militantes - un número indeterminado, entre 100 y 500 - han entrado en Siria, dejando los refugios de los montes de Qandil, en el norte de Iraq, donde el PKK se atrinchera en su lucha contra Turquía”, confirma el activista. Pero desmiente el que hayan establecido “un campamento” en el norte de Siria, tal y como afirmaba en febrero el diario turco progubernamental Today's Zaman. “No les hace falta. La mayoría son de origen sirio y simplemente vuelven a sus pueblos”, explica.

Pero no es para descansar. “Muchos se han reunido en las montañas de Kurd Dag, los montes kurdos al noroeste de Alepo, que están convirtiendo en su cuartel central. Porque las tierras kurdas más al este, alrededor de Qamishli, son totalmente llanas, y el PKK está acostumbrado a la montaña”. De hecho, Afrin, el lugar del 'checkpoint' de la foto, se halla en un importante cruce de carreteras que permite controlar el acceso a estos montes.

¿Pero a cuenta de quién? La respuesta es ambigua. "El PKK está actuando como si fuera un aparato más de las fuerzas de seguridad sirias”, asegura Zinar. “Controla las montañas de la región kurda, e impide que salgan manifestaciones contra el régimen". Hefiz corrobora esta información pero añade que intentan evitar la imagen de estar al servicio del gobierno de Bashar Asad. “En sus protestas, gritan que quieren derrocar al régimen, pero en la práctica hay una coordinación entre éste y el PYD”, asegura.

El partido condenó en febrero el “autoritario régimen baazista bajo el que tanto han sufrido los kurdos”, acorde a una entrevista que el líder del PYD, Saleh Mohammed Muslim, concedió al semanario sirio Badeel y que el partido reproduce en su web oficial. “No hay absolutamente ninguna posibilidad de alinearse con este régimen, que nos oprime”, asegura Muslim, y pide “claramente la caída de este régimen”.

A la vez se pronuncia contra toda interferencia extranjera en la revolución de Siria, pero especialmente contra la de Turquía, y denuncia que el Consejo Nacional Siria (CNS), que se ha perfilado como portavoz de los distintos grupos de activistas sirios —aunque no el único— “está sirviendo a los intereses de Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro de Turquía”. Se reafirma en su colaboración con el Comité de Coordinación Nacional para un Cambio Democrático, una red de oposición pacífica al régimen que actúa en Siria con el permiso de las autoridades. De hecho, Muslim ha sido nombrado vicepresidente de dicho Comité, con la autorización tácita del gobierno, que antes le había permitido oficialmente regresar del exilio.

Palizas a la oposición

La realidad en el terreno es distinta, cree Hefiz. “Han dado palizas a jóvenes que salían a manifestarse contra el régimen, causando numerosos heridos. Luego dicen que sólo pegan a los que vienen de fuera, porque no pertenecen al lugar pero ¿qué necesidad hay de eso?”. “Hubo algunos casos de palizas y ataques  con armas blancas contra manifestantes y activistas de otros partidos kurdos, incluso han llegado a asesinar tres personas de una familia por un ajuste de cuentas”, confirma Zinar.“Pero no son las atrocidades que cometen diariamente los 'shabbiha' —las milicias mafiosas leales a Asad— en otras zonas del país”, matiza.

Lo que sí parece claro es que el PYD está en vías de hacerse con el control de las zonas del norte de Siria sin encontrar oposición por parte de Damasco. Brigadas del PYD kurdo cerca de Qamishli, SiriaEn febrero, otra foto circuló por las redes de la oposición: un grupo de varias decenas de miembros del PYD, encapuchados y vestidos con uniformes negros que mostraban la fotografía de Öcalan en el pecho, aunque desarmados.“Parecen inspirados en las Brigadas Al Quds iraníes; tal vez fuera una idea que Muslim trajera de su estancia en Irán”, aventura Hefiz.

La marcha tuvo lugar en una localidad cerca de Qamishli y pasó al lado de los puestos de policía sin que hubiera conflicto. Pero el activista añade que estas brigadas no son una imagen común y tal vez sólo se trate de una foto propagandística que quiere subrayar la presencia y el poderío del PYD en la zona.

La alianza entre el PKK y el gobierno sirio viene de antiguo, de cuando Hafez Asad, padre del actual presidente, daba cobijo al líder de la guerrilla kurda, Abdullah Öcalan, y permitía a sus combatientes entrenarse en los campamentos bajo control sirio en el Valle de la Bekaa, en Líbano. A cambio, el PKK aceptaba dejar fuera de sus reivindicaciones a los kurdos de Siria, a pesar de que este país nunca trató muy bien a los kurdos.

Esta alianza terminó en 1998, cuando las amenazas bélicas de Turquía condujeron a la expulsión de Öcalan de Siria y, en último término, a su captura. A pesar de ello, durante años el PKK se ha alimentado de reclutas provenientes de las regiones kurdas del norte de Siria, y se calcula que hoy día estos suponen hasta un 40 por ciento de todos sus combatientes.

Ahora, Damasco juega con retomar una “cooperación táctica”, cree Oytun Orhan, un experto turco. En un ensayo publicado en febrero por el centro de análisis turco ORSAM, el autor señala que Meshal Temmo, un importante líder kurdo opuesto a Asad, asesinado el 7 de octubre en Qamishli, fue descrito como “miembro del CNS, apoyado por Turquía” por la agencia de noticias Firat, portavoz oficioso del PKK, en una palabra: como enemigo.

Los gestos de Asad

Frente a la enemistad irreconciliable del PKK / PYD con Turquía, Asad hizo algunos gestos para mejorar las relaciones desde su parte: en abril prometió reconocer la ciudadanía a los kurdos de Hasaka, una región en el noreste, que llevan medio siglo registrados como “extranjeros” y prácticamente no existen para la burocracia. Según algunas estimaciones, el 20% de los kurdos de Siria se halla en esta situación, unas 300.000 personas.

A la vez, el gobierno ha permitido la apertura de escuelas privadas en las que se enseña kurdo, toda una primicia que el PYD anuncia orgulloso en su web. Añade el curioso dato que “los cursos estarán basados en el currículum de las academias kurdas en Turquía” (donde funcionan desde 2005).

Sin embargo, Saleh Muslim, presidente del PYD, niega tajantamente las acusaciones de estar detrás del asesinato de Temmo, según recoge una entrevista del medio digital KurdWatch publicada en octubre.

Pero pese a declarar que Temmo era un aliado “uno de nosotros”, Muslim declara en la misma entrevista que “todos los que están en el SNC son sicarios de Turquía” ya que habrían firmado con Ankara un acuerdo de no reconocer los derechos nacionales de los kurdos en Siria, caso de llegar al poder.

“Todos los kurdos que no se pronunican públicamente contra la posición de Turquía son sicarios de Turquía”, abunda Muslim en Kurdwatch, aunque concede que Azadi y Yekiti, dos partidos kurdos sirios que forman parte del CNS “tal vez no conozcan el acuerdo firmado”. Corrobora que el PYD comparte y apoya la amenaza del PKK de combatir contra Turquía, si este país se inmiscúa en los asuntos internos de Siria. Esencialmente, una posición en línea con Damasco.

La razón fundamental de esta alianza del PYD con el régimen sirio es que tienen el mismo enemigo, que es Turquía. El PYD cree que la oposición política y militar apoyada por los turcos no reconocerá los derechos políticos del pueblo kurdo en Siria”, explica Zinar Ala.

Una percepción compartida, en parte, por el resto de partidos kurdos de Siria, que, ante la pasividad del CNS respecto al problema kurdo, lo han abandonado en masa y preparan la creación de su propio “Consejo Nacional Kurdo”, con base en Erbil, en el norte de Irak. De los doce partidos kurdos de Siria, once de ellos se han integrado en este nuevo Consejo. Tan solo el PYD se queda fuera, detalla Hefiz.