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Ediciones Oriente y Mediterraneo

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Iriarte
Equipo M'Sur
[Estambul / El Cairo · Ene 2012]
ZONA  reportaje 

La primavera árabe acaba de empezar


Mujeres en TahrirUn informe de expertos analiza un año de cambios en 15 países del mundo árabe.

Los procesos de cambio en el mundo árabe iniciados hace un año —lo que se ha venido conociendo popularmente como “Primavera Árabe”— están lejos de terminar. Aunque el foco informativo se concentra en Siria, las protestas continúan o resurgen en lugares como Bahréin, Jordania, Marruecos o Arabia Saudí, además de Yemen, donde pueden estar a punto de dar fruto. Y en aquellos países en los que las revueltas populares lograron derrocar a sus correspondientes gobernantes autocráticos, como Egipto, Túnez y Libia, las transiciones políticas están en plena efervescencia.

Es la conclusión de los expertos del portal especializado “Mediterráneo Sur”, en un informe recién publicado titulado “La Primavera Árabe, un año después”. Para su elaboración, la asociación ha contado con la colaboración de siete analistas especializados en los diferentes países de la región, como los periodistas Ilya U. Topper (agencia EFE), Nuria Tesón (El País), Daniel Iriarte (ABC), Carmen Rengel (SER, Periodismo Humano), Javier Pérez de la Cruz y Mar Benseny, y la arabista Eva Chávez.

Amenazas

“Faltan años hasta que podamos hacer una evaluación profunda de lo que ha significado históricamente la Primavera Árabe”, asegura Ilya U. Topper, experto regional y coordinador del informe. En Egipto, Túnez y Libia, la nueva situación política crea complejos panoramas que no cesan de evolucionar. “Cayó Mubarak, pero el régimen sigue”, afirma Nuria Tesón, corresponsal de “El País” en El Cairo y analista de M’Sur para Egipto y Libia. Otros problemas tiene Túnez, pionero en el cambio: "Los salafistas, la censura y la economía son los grandes peligros de la revolución más consolidada", explica el periodista Javier Pérez de la Cruz, analista de M’Sur para este país.

“Es una paradoja que los nuevos partidos islamistas, antes prohibidos, planteen ahora la segregación de mujeres y hombres en transportes públicos y playas. Pero es una consecuencia lógica de la represión dictatorial”, dice Topper. “Hoy, las protestas en Siria se realizan los viernes tras la oración porque la mezquita es el único lugar donde los hombres se pueden reunir sin ser dispersados de inmediato por la policía. Así se islamiza una revolución”, explica.

Siria sigue acaparando las portadas, debido tanto a la respuesta violenta del régimen contra los opositores como al surgimiento de una insurgencia armada cada vez más audaz. “Si Asad no abandona el poder, y según sus últimas declaraciones parece que no tiene la más mínima intención de hacerlo, el escenario más probable es un estancamiento de la situación y una guerra al estilo de la de Líbano en los años 80”, asegura Daniel Iriarte, que además de cubrir Siria para M’Sur es corresponsal del diario “ABC” en Estambul, y uno de los pocos reporteros españoles que ha entrado en territorio sirio con los insurgentes.

Pacíficas, ante todo

Incluso con ejemplos como el de Siria y Libia, el informe insiste en el carácter eminentemente pacífico de las revueltas, a pesar de los conatos de violencia. Es el caso, por ejemplo, de Yemen. "Lo llamativo es que las protestas sean totalmente pacíficas en un país con varios conflictos armados y con una gran abundancia de armas ligeras", explica la arabista Eva Chaves, analista para Yemen.

"Marruecos es el único país que ha sabido mejorar su imagen con la revuelta, aunque su reforma ha sido un mero lavado de cara", asegura Mar Benseny, especialista en Marruecos. Topper va aún más lejos: "En Marruecos, la Primavera ha conseguido frenar el retroceso en libertades de los últimos años". Uno de los casos de contagio en los que la movilización no se ha saldado como esperaban los manifestantes. Como Bahréin: “Fue el país con la revolución más masiva.... y la única aplastada por una intervención internacional”, indica Topper.

Contagio

Las revueltas, no obstante, todavía tienen el potencial de provocar un efecto de imitación en otros escenarios, como en Palestina o Israel. “La presión popular en Palestina empujó a Fatah y a Hamás a emprender el camino de la reconciliación. Y el contagio reivindicativo cuajó en Israel en la mayor movilización social de su historia, al grito de justicia social", explica Carmen Rengel, colaboradora de la Cadena SER y Periodismo Humano en Jerusalén, y coautora del informe.

Estos expertos afirman que el proceso dista mucho de estar cerrado. “A pesar de la represión, a veces combinada con una política de palo y zanahoria, el descontento sigue produciendo protestas en Bahréin o en Arabia Saudí, y, sobre todo, en Jordania, donde los manifestantes han logrado tumbar ya a dos primeros ministros”, cuenta Iriarte. “Hay Primavera Árabe para rato”, concluye.

Leer el informe: Versión Word · Versión PDF