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Martinez
Francisco Martínez
[Lisboa · Feb 2005]
Portugal  reportaje 

El pueblo portugués busca redentor


Portugal celebra unas elecciones condicionadas por la inestabilidad económica y la crisis política. La marcha del primer ministro Durão Barroso para asumir un cargo de la Unión Europea ha provocado un descalabro en el gobierno conservador y devuelve al partido socialista la posibilidad de recuperar el poder.

Cuando peor está la situación, cuando todo parece ser un callejón sin salida, aparece alguien que tiene el coraje de sacar a Portugal del pozo. Esta idea, propiamente portuguesa, ha vuelto a salir a las calles lisboetas. El pueblo portugués espera su “dom Sebastião” para la cita con las urnas del día 20.

El elegido, como ya lo hicieran antes el  Duque de Bragança, el Marqués de Pombal o incluso Salazar, tendrá que hacerse cargo de un país marchito, que desde hace años se mantiene como el farolillo rojo de la economía europea, con un crecimiento inestable, baja productividad (64% de la media europea), el paro en los niveles más altos de los últimos siete años, escasa inversión en nuevas tecnologías y una mala gestión política.

Así es para Adérito Tavares, historiador, profesor de cultura portuguesa y maestro etnólogo portugués: “La idiosincrasia del pueblo portugués lo lleva a esperar siempre un mesías redentor, y ahora con las elecciones tienen las mismas expectativas”.

Miguel Morgado, profesor de Ciencia Política de la Universidad Católica de Lisboa, aun va más allá: “El pueblo portugués reconoce que son precisas ciertas reformas, pero le falta estómago para aceptarlas. Las elecciones portuguesas se presentan como una tragedia. El Partido Social Demócrata [PSD, conservador] de Santana Lopes ya demostró su incapacidad, la respuesta lógica sería colocar al partido de la oposición [socialista] en el gobierno. El problema es que el equipo que rodea a Sócrates es, esencialmente, el mismo que dejó al país hace tres años al borde del colapso. Este es el dilema del votante portugués moderado. Junto a esto tenemos a los partidos de izquierda, que son los más radicales de Europa, y que aún mantienen teorías marxistas en su programa”.

A la hora de buscar un culpable, los portugueses miran a Europa. La mayor parte consideran al actual presidente de la Comisión Europea, y ex primer ministro portugués, José Manuel Durão Barroso, como el principal responsable de la crisis política del país y de su partido. Señales trafico, LisboaEn julio, Durão intentó dejar su país controlado antes de marchar para Bruselas, convenció al presidente de la república, el socialista Jorge Sampaio, para que no convocara elecciones, y designó un sucesor, Santana Lopes.

La tentación de Bruselas

Para Adérito, “Durão no tendría que haber dejado el país en la mitad de su mandato;Portugal estaba hundido en una crisis económica, financiera y política. Y encima designó un sucesor, como si fuese un rey. Durão conoce a Santana desde hace años, fueron compañeros de clase y de piso, y debería saber que no estaba preparado para el cargo”.

Para Miguel Morgado, “Durão Barroso fue elegido en un momento de total desilusión con Guterres; siendo un mal líder de la oposición se reveló como buen primer ministro porque estaba bien rodeado. Pero nunca fue ni un auténtico líder ni popular. La tentación de Bruselas fue demasiado grande, y al irse lo desbarató todo”.

El salto de Durão Barroso a la Comisión Europea permitió que Santana cumpliera lo que siempre soñó: llegar a ser primer ministro; pero la inestabilidad económica y la desconfianza de Sampaio cortaron las alas de su legislatura cuatro meses después. “El presidente de la república se precipitó al aceptar el nombre de Santana; cuatro meses después tuvo que cesarlo, visto el desastre de su gobierno. Pero más vale tarde que nunca”, asegura Adérito Tavares.

Altos cargos del conservador Partido Socialdemócrata no apoyan a su propio candidato

La valoración final de la decisión de Jorge Sampaio se verá el día 20 de febrero, porque el ex primer ministro ha decidido volver a presentarse. Santana Lopes, candidato por el Partido Social Demócrata, es el político portugués que más apuesta por el carisma. Lleva 28 años en activo, ininterrumpidamente, y nunca se quita su saya de “animal público”. Animador de los congresos con sus discursos emotivos, personaje televisivo, sus constantes amoríos le han hecho protagonista de las revistas del corazón.

Ahora lo tiene todo en contra: las encuestas dan a los socialistas de José Sócrates una amplia mayoría y dentro de su partido ha sufrido una importante pérdida de apoyo. Las críticas del hombre más respetado de su partido, y de la política portuguesa en general, Aníbal Cavaco Silva (primer ministro 1985-95), fue uno de los factores que provocaron la caída de Santana. Después, Cavaco Silva se negó a que su fotografía saliera en los carteles electorales del partido, y en sus últimas declaraciones apuesta por una mayoría absoluta del Partido Socialista de José Sócrates.

El profesor Morgado opina como Cavaco: “Portugal no aguanta más hipótesis; precisa de un gobierno fuerte para llevar a cabo las reformas necesarias. Por eso sería bueno que el resultado fuera mayoría absoluta”.
jose socratesdurao barroso

El estilo incendiario de Santana provoca reacciones de amor y odio. Su compañero de partido, Marcelo Rebelo de Sousa, lo llama “hiperdecisorio”. Para el periodista Miguel Sousa, “es el peor primer ministro que recuerda Portugal. Cree que todos los problemas se resuelven con una buena campaña electoral”.

Santana Lopes es un tipo peculiar, una mezcla de Berlusconi y Jesús Gil; fue presidente del Sporting de Lisboa y comentarista deportivo, es supersticioso (no escribe nunca con negro y tiene miedo de volar en avión) y su amigo Durão lo llamó “el candidato astrológico” por su fe en la predestinación.

En Lisboa, donde fue alcalde, es recordado por su estilo majestuoso. Obligó a tener todos los días la alfombra roja en la entrada y no permitió a los funcionarios circular por el piso “vip” del ayuntamiento. Ya como primer ministro transformó, en el Palacio de São Bento, el cuarto de los asesores en habitaciones para sus hijos y montó un gimnasio.Detesta que le digan que no es posible, no soporta tener que explicar las cosas dos veces y no autoriza a los funcionarios a pronunciar palabras como “problema” o “urgente”.

El socialista José Sócrates, en cambio, tiene un perfil enigmático y difuso. Fue ministro de Medio Ambiente con Guterres y es uno de los artífices de la solicitud de Portugal para el  campeonato europeo de fútbol del pasado verano. Es menos caluroso, menos mediático… pero también menos demagógico.

Todas las encuestas, hasta la fecha, dan al Partido Socialista como ganador por una ventaja de 10 a 15 puntos; y en la valoración de los candidatos es el que sale mejor parado. Para José Antonio Saraiva, Director del semanario “Expresso”, “José Sócrates es un candidato prematuro. Cuando Guterres, Barroso o Santana Lopes ascendieron al gobierno ya tenían un pasado conocido, todo el mundo sabía de donde venían o qué habían hecho, y sus vidas personales eran públicas para bien y para mal. Mujeres en su bar, LisboaPero hasta el día 20 no vamos a saber si este desconocimiento fue para mal o para bien”.

Una élite poco preparada

Para Miguel Morgado, “Sócrates está tan preparado como antes estaba Barroso, o sea, mal. En Portugal hay un problema de falta de preparación de la elite política. Las juventudes de los partidos se han convertido en escuelas de corrupción y clientelismo, promoviendo la mediocridad y las redes de clientelismo”.

La campaña electoral ha acabado por ser tosca y llena de acusaciones personales. Su punto culminante fue cuando el ex presidente Santana especuló, en un mitin preparado sólo para mujeres, sobre la tendencia sexual de Sócrates.

Todo el mundo tiene asumidos los retos del país, pero lo cierto es que sólo se han afrontado de soslayo  problemas como los cinco años de espera en la Sanidad pública o el sistema educativo (de los peor valorados de la Unión Europea); además faltan medidas concretas para estabilizar el crecimiento económico y aumentar laproductividad, controlar el déficit del estado (previsto en 3,7 para el 2005), reducir el aparato burocrático del estado, modernizar la administración pública, y combatir la corrupción y la evasión fiscal.

Para Adérito Tavares, las elecciones portuguesas del dia 20 se resumen así: “Continuar gobernados por una persona que ya demostró su ineptitud o arriesgarse con un desconocido Sócrates”. Dom Sebastião murió en la batalla de Alcazarquivir y nunca volvió. Sin embargo, el pueblo luso aún espera su redentor.