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Ediciones Oriente y Mediterraneo
Cuentos Populares Bereberes Defensa Siciliana El caos que viene

Ali Amar
Mar Benseny
[Rabat · Nov 2011]
Marruecos  reportaje 

Elecciones bajo el boicot


Protesta en Rabat

Las elecciones de Marruecos ponen a prueba al régimen, obligado a revalidar las reformas diseñadas como respuesta a las protestas de la 'Primavera Árabe'. Pero los movimientos sociales contestatarios piden el boicot.

No cesan de pasar manifestaciones por el centro de Rabat, hasta escasas horas antes de la jornada electoral. Este viernes, el pueblo marroquí está llamado a las urnas en unas elecciones legislativas anticipadas debido a la modificación express de la Constitución. Concretamente, los 16.626.357 inscritos en el censo electoral, sobre un total de 24 millones de ciudadanos con derecho a voto, podrán votar presentado su carnet de identidad.

Se trata de una de las novedades de estas elecciones; antes se tenía que recoger previamente el carnet de votante. Sin embargo, y aunque está previsto en la nueva Carta Magna, los marroquíes residentes en el extranjero (conocidos como MRE) no pueden votar.

La nueva Constitución aprobada en referéndum el pasado 1 de julio, después que el propio rey Mohammed VI la presentara quince días antes y anunciara su intención de votar a favor, fue el primer paso y prueba a superar para Marruecos desde que la Primavera Arabe llegara al país de la mano del Movimiento de jóvenes del 20 de Febrero (fecha en la comenzaron las movilizaciones a lo largo de todo el territorio). Ahora, y después de un referéndum constitucional cuestionado por parte de la población, nos encontramos en una segunda prueba a superar: unas elecciones legislativas que den lugar a un gobierno legítimo y legitimado por esa población para ejecutar en la medida de lo posible la nueva Constitución.

Votar o no votar

La campaña electoral que se lanzó hace unos quince días se ha visto marcada por el debate sobre el boicot o la participación a las elecciones más que sobre los propios programas electorales. Elecciones en RabatLos medios de comunicación se dedican a sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de ir a votar más que de difundir los programas de cada partido.

De la misma manera, la campaña durante el referéndum constitucional se basó en identificar el nuevo texto legal con la monarquía de manera que mucha gente acabó confundiendo Constitución sí – Constitución no, con Monarquía sí – Monarquía no.

El Movimiento 20 de Febrero así como varios partidos de izquierda (Vía Democrática, PADS y PSU) o el movimiento islamista Al Adl Wal Ihsane ( Justicia y Espiritualidad) han hecho campaña por el boicot de las elecciones ya que no las consideran legítimas.

Según relata la revista Telquel, los “boicoteadores” han sido a su vez “boicoteados” durante la campaña electoral, al excluirles de la cobertura mediática. Sin embargo, el boicot, sea más o menos a consciencia, no resulta nada nuevo en el panorama marroquí. En las últimas elecciones nacionales de 2007, sólo un 37% de la población, según cifras oficiales, participó en los comicios.

Como en la campaña del referéndum, las calles están llenas de papeles, “de todos los tamaños desde tiempos inmemoriales (novedad: ahora, en color!)” destaca Mehdi, informático tetuaní residente en Casablanca. Sin embargo, el ambiente que se respira es de desinterés. Mamsawtinch que significa “yo no voto” se ha convertido en un de los lemas de las últimas manifestaciones que llaman a la población a no participar.

Halima, de Salé, asegura que para ella “la política es una mentira y no quiero participar en este teatro”. Mehdi, por su parte, sigue creyendo que “pese a los cambios de la Constitución, se está más o menos en la misma situación que antes“. Como ellos, muchos jóvenes interesados en cuestiones sociales o políticas se niegan a entrar en la dinámica de los partidos actuales.

El 50% de los inscritos en el censo electoral son jóvenes de menos de 35 años. Marcha electoral RabatColectivo que sufre dificultades para participar en política aparte de encontrarse con un 30% de paro. De hecho, el colectivo de diplomados en paro ha estado muy presente en las calles. Sin embargo, en estas elecciones el 27% de los candidatos tienen también menos de 35 años.

Precisamente, otra de las novedades de estas elecciones es el aumento de número de representantes de 325 a 395 escaños, 90 de los cuales saldrán de una lista nacional de 60 mujeres y 30 jóvenes.Curiosamente, las elecciones tienen lugar el Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres.

Manal, tangerina licenciada en derecho, pertenece al minúscula Partido Socialista (PS), también conocido como el del árbol de argán (los logos de los partidos tienen mucha importancia en un país como Marruecos que ha caído al puesto 130 del IDH debido, entre otras cosas, a la alta tasa de analfabetismo) y forma parte de las 60 mujeres de la lista nacional. Militante política y social, presidenta de una asociación de consumidores y un club de cine, Manal cree que su partido tiene opciones en la ciudad del Estrecho ya que “no ha habido grandes cambios en las listas de los partidos mayores, ya muy desacreditados”.

Islamismo o corrupción

Respecto a anteriores elecciones, en los que el número de siglas superaba la treintena, el panorama se ha aclarado bastante, debido a que el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), un partido que fue fundado en 2008 por el exministro de Interior Fouad Ali El Himma, apodado 'el amigo del rey', ha absorbido a varias formaciones liberales y de centro-derecha. Arrasó en las elecciones municipales de 2010 debido a sus conexiones de poder pero ha sido el objetivo de muchas críticas por parte del movimiento 20-F.

A ojos de muchos jóvenes, los grandes partidos, muchos parte del gobierno saliente, representan el inmovilismo, el poder heredado o, incluso, la corrupción. De hecho, uno de los motivos por los que el PJD (Partido de Justicia y Desarrollo) es el favorito de estos comicios es la renovación de gobierno que supondría, un factor que transmite confianza a parte de la población. Hicham, un joven de Nador, asevera que no le interesa la política aunque reconoce que el PJD es el partido “más democrático y limpio” de entre los más grandes que se presentan.

Muchos analistas coinciden en que la victoria va a ser para el partido islamista marroquí: debido al aún fraccionado panorama, no hace falta superar el 20% de los votos para hacerse con un arrollador triunfo (en 2007, el Istiqlal ganó las elecciones con el 10,7% de las papeletas). El PJD obtuvo 10,9, pero menos diputados y denunció fraude en algunas zonas rurales, aparte de un diseño de los distritos electorales que le desfavorecía. Protesta en LaracheEn este sentido, otra novedad es que se ha permitido que 4.000 observadores, la mayoría marroquíes, excepto un grupo de estadounidenses y otro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, vigilen el desarrollo de los comicios.

Pese a estas mejoras y aún y suponiendo que las elecciones gozaran de una participación demostrada y razonable, una de las cuestiones que se plantean es quién será el futuro jefe de gobierno, con más poderes que los anteriores debido a la reforma constitucional. Aunque el PJD fuera la fuerza más votada, el rey podría nombrar a alguien del partido pero no a su jefe de lista, Abdelilah Benkirane, formando gobierno, por ejemplo, con la Kutla ('Bloque', en el gobierno saliente Istiqlal, la fuerza con más escaños de las pasadas elecciones, el socialista USFP y el excomunista PPS).

Otra opción, bastante arriesgada en cuanto a credibilidad popular, es que el conjunto de partidos de la Alianza para la Democracia, también conocida como G8, sacara más votos, sumando el total de los 8 partidos que la componen. Se trata de un rompecabezas de las más diversas formaciones, lideradas por el PAM, que se alía con el Movimiento Popular (MP) una de las formaciones marroquíes más antiguas, de centro-derecha, fuerte en el medio rural, así como con dos partidos grandes sin ideología conocida, pero siempre cercanos al poder y defensores de todo lo que emane de Palacio: el RNI (Agrupación Nacional de Independientes, parte del gobierno saliente) y la Unión Constitucional (UC).

A ellos se añaden cuatro formaciones minúsculas, de uno o dos escaños cada una, tres de ellas nacidas de escisiones en el ámbito izquierdista: el Partido Socialista (PS), el Partido Izquierda Verde (PGV), el Partido Laborista (PT) y el islamista Partido Renacimiento y Virtud (PRV). Si se considera la Alianza como partido político, el rey podría nombrar a alguien de una formación del G8 como jefe de Gobierno.

En definitiva, se trata de una auténtica reválida que deberá demostrar la excepción marroquí. En caso contrario seguirán las comparaciones primaverales de la victoria de los islamistas tunecinos de Ennahda con el posible triunfo del PJD o incluso la inestabilidad que podría desencadenar el hastío de la población. Mehdi es de la opinión de que “esto se tiene que ir al garete y que se monte una buena revolución, para poder cambiar la situación”. Son muchos, y pueden ser muchos más a partir del 26 de noviembre, los que piensan como él.

El comentario


[25 Nov 2011]
Es verdad que hay mucha gente que esta contra las elecciones, pero hay muchísima más que tiene miedo de vivir lo que están pasando los países árabes como Egipto o Siria. Es decir, que la población marroquí vive todavía en «el miedo» del cambio, de decir «basta» al circo que estamos mirando cada día de las injusticias sociales y de la hipocresía... >> Leer másHalima [Marruecos]