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Ali Amar
Ali Amar
[Casablanca · Sep 2011]
Marruecos  reportaje 

Arte, desnudez e islam


Koranic Inlay, de Lehlou

Una obra de un joven artista franco-marroquí que expone versículos del Corán sobre su cuerpo desnudo ha escandalizado a Marruecos en la Feria de Arte de Marrakech. Un caso que recuerda que la blasfemia es tenaz, y no solamente en tierra islámica.

La obra del artista franco-marroquí Mehdi-Georges Lahlou, de 27 años, que consiste en una imagen de un cuerpo desnudo (el suyo en este caso) sobre el que se proyectan versículos coránicos gracias a un juego de luces suscitó una fuerte polémica pocos días antes de la apertura de la Feria de Arte de Marrakech. En esta feria, la más importante de arte contemporáneo en Marruecos, algunas obras del artista se expondrán al público.

En realidad, la obra incriminada jamás ha sido programada por la Feria de Arte de Marrakech. Pero la inmensa mayoría de los periódicos y las páginas webs marroquíes que aseguraban lo contrario han reproducido una imagen, si bien escondiendo el sexo, y han suscitado una oleada de críticas hirientes por parte de cientos de internautas.

"Esta imagen es chocante para nosotros, los musulmanes. No podemos aceptarlo y la presencia de este supuesto artista en Marrakech es inadmisible", escribe un internauta en el periódico electrónico goud.ma.

Otro internauta también protesta por la blasfemia en el foro Bladi.net: "Una provocación gratuita a todos los marroquíes y no sólo a los "islamistas". El Corán es sagrado, no lo escribimos sobre el cuerpo y sobre todo, no sobre los órganos sexuales con el fin de exponerlo". Sin embargo, en su página web, Mehdi-Georges Lahlou afirma que jamás quiso insultar a los miembros de la comunidad musulmana:

"Somos completamente conscientes de la incomprensión que puede haber frente a la fotografía 'Koranic Inlay 2010'", se puede leer allí. "El discurso del artista no es ofender la sensibilidad de ciertas personas, sino representar su doble pertenencia, nacido de madre católica y de padre musulmán. Su trabajo principalmente trata la aprehensión del cuerpo en un entorno cultural mixto". Por otro lado, otras de sus obras hacen referencia al cristianismo en un registro similar.

Mehdi-Georges Lahlou no canceló su participación en la feria, pero no expondrá la imagen que pone en contacto la desnudez corporal y las referencias religiosas. "La Galería Dix9 expondrá a Mehdi-Georges Lahlou en la Feria de Arte de Marrakech 2011 en una presentación colectiva. Lahlou, coctelLa selección de las obras presentadas por la Galería Dix9 ha sido realizada con prudencia. En este caso, no contendrá obras que relacionen la desnudez corporal con las referencias religiosas ", precisa el artista en su página web.

Una forma de compromiso, incluso de autocensura muy reveladora de la dificultad que tienen los artistas para liberarse totalmente de los tabúes de las sociedades que representan. Y posiblemente es ahí dónde "reside el verdadero debate" como lo sugiere Meryem Sebti, la directora de la revista Diptyk, una publicación de referencia en materia de arte de Marruecos.

En este asunto se perfilaría también la voluntad manifiesta de impedir un acontecimiento que algunos querrían presentar como subversivo, por razones externas a este debate. Es en todo caso la opinión compartida por sus promotores y muchos observadores de la escena artística marroquí.

Por otra parte, Lahlou no es el único artista programado en la Feria de Arte de Marrakech y cuyas obras anteriores son susceptibles de estremecer a los conservadores. La manipulación y el juego de influencia acabaron atizando peligrosamente las brasas de la prohibición religiosa…

En cualquier caso, no es la primera vez que un artista marroquí se enfrenta a la sensibilidad religiosa, incluso a la prohibición y la venganza de un público que permanece muy vinculado a la tradición conservadora, y que no acepta que un trabajo pueda cuestionar la representación y el lugar del cuerpo y el sexo en las culturas musulmanas.

En 2007, una interpretación de El Origen del mundo de Gustave Courbet por parte del artista Fouad Bellamine suscitó la misma ira en la opinión de sus compatriotas. Su trabajo que yuxtapone una foto del órgano sexual femenino pintado por Courbet en 1866 y representaciones gráficas que hacen referencia a la cultura musulmana fue objeto de una agria polémica con el embajador de Irán en México, dónde la obra fue expuesta por primera vez. El embajador de Irán sostuvo que era perjudicial para el islam.

Intolerancia de lo sagrado

La reacción en Marruecos estuvo a grandes rasgos acorde a la opinión del diplomático.La revista semanal Le Journal Hebdomadaire, que presentó el tema en portada, fue censurado.

"Lo que hago no tiene nada que ver con la religión y su profanación. Bellamine, Origen del mundoEs muy grave e inaceptable someter mi obra a un juicio de intenciones que exige un acto de censura bajo la amenaza de la guerra de las culturas", se rebeló el artista, que afirmaba que no tenía la intención de injuriar de ninguna manera al islam.

"La obra da oportunidad a cualquier interpretación. El espectador es libre de ver lo que quiera. Trabajé a partir de El origen del mundo de Gustave Courbet. Pegué a esta imagen una cúpula con arco, que constituye uno de mis motivos preferidos, el cual aparece en casi todas mis obras. Es absurdo ver necesariamente allí una mezquita y todavía más absurdo reconocer en eso la Cúpula de la Roca de Jerusalén". Su explicación no atenuó la cólera y se ha impuesto una condena contra el pintor, excomulgándolo por apostasía.

Según la inmensa mayoría de los eruditos del islam, la religión musulmana prohíbe la representación de las personas. Sin embargo, esta norma no siempre se ha respetado, como demuestran las iluminaciones persas. Esta obligación de abstracción suscitó, por cierto, la magnificencia del arte musulmán, un arte de lo sagrado en el que la geometría de las formas y la caligrafía han reemplazado lo figurativo.

Desde este punto de vista, el arte abstracto no les plantea ningún problema a los partidarios de la prohibición. Es la unión de los textos sagrados con lo profano, más concretamente la desnudez, el sexo o la feminidad descubierta la que en este punto se convierte en explosiva.

En 1994, Karl Lagerfeld, director artístico de la casa Chanel, imprimió versículos coránicos sobre un vestido que llevó la top model Claudia Schiffer. Llegó a evitar por los pelos el escándalo, retrocediendo y presentándoles sus disculpas a las autoridades musulmanas. Incluso destruyó su creación.

Lo explosivo es la unión de los textos sagrados con lo profano, la desnudez, el sexo o la feminidad descubierta

En 2003, La Redoute, una página web francesa de venta por correo, había puesto a la venta una camiseta de la marca Teddy Smith con la shahada, el credo de la fe islámica, desencadenando así una ola de protestas en internet. La camiseta fue retirada inmediatamente del catálogo. En 2007 se presentó un jarrón dibujado con el nombre de Alá caligrafiado en las páginas de tendencias de moda de una revista. Causó el mismo efecto.

Todo el mundo recuerda el asesinato en 2004 del cineasta Théo van Gogh, quien dirigió un cortometraje titulado Sumisión, junto a la escritora Ayaan Hirsi Ali. Mostraba a las mujeres que pasaban de una sumisión total a Dios a un diálogo con él en tono desafiante.

Católicos nerviosos

La intolerancia frente a la expresión artística no es exclusiva de los puristas del islam ni mucho menos. Un colgante de moda "gótico chic" comercializado por La Redoute provocó la misma indignación en los católicos. Esta joya de plata maciza y en forma de esqueleto ha sido considerada blasfema debido a su nombre: Corpus Christi (el cuerpo de Cristo).Furiosos, los clientes se pusieron en contacto con la oficina de consumidores de la empresa, que prefirió retirar el artículo de su colección.

El pasado abril, en Estrasburgo, el estado francés pidió ante el juez penal tres meses de prisión condicional y mil euros de multa contra un hombre que había difundido en internet una secuencia de vídeo donde tiraba un avión de papel confeccionado con páginas del Corán contra dos vasos, Lahlou, Tangolos cuales representaban las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York, además de prender fuego al Corán, quemarlo y orinar encima "para apagar las llamas".

El fiscal lo acusó de provocación pública por discriminación religiosa con un acto provocador "a doble vuelta":"Incita al odio contra los musulmanes, porque todo el mundo sabe que el World Trade Center ha sido atacado por extremistas musulmanes [...] Y orinar sobre el Corán [...] es una incitación al odio de los musulmanes contra los no musulmanes".

El abogado del acusado intentó explicar que "desde 1789, el delito de blasfemia no existe en Francia”. Esfuerzo vano…

En abril de 2011 también se abrió un proceso judicial contra integristas católicos que intentaron destruir, en un museo privado de Aviñón, una obra fotográfica de un crucifijo sumergido en una mezcla de orina y de sangre de vaca. El título de la obra: Piss Christ.

Estos ejemplos demuestran la tensión persistente entre el dogma religioso y la audacia artística: La última tentación de Cristo, la película de Scorsese, o incluso la conferencia radiofónica de Artaud, "Para acabar con el juicio de Dios", las obras controvertidas de la serie INRI de Bettina Rheims, o la Nona Ora del artista Maurizio Cattelan, que presenta al papa Juan Pablo II atropellado por un meteorito, e incluso La Virgen castigando al niño Jesús de Max Ernst son algunas de las obras de arte que han provocado un clamor de la protesta.

En otro lugar también, lo sagrado y lo profano se enfrentan: este verano, en Filipinas, donde el 85 % de los 94 millones de habitantes son cristianos y en su mayoría católicos, la blasfemia ocasionó un debate a causa de una exposición del artista contemporáneo Mideo Cruz, en la que representó un Cristo crucificado con un pene de madera en lugar de la nariz. En Nueva York se han vendido 12 telas del pintor MF Hussain en una subasta pública en Christie’s. Cada una cuesta un 1,4 millón de dólares (un millón de euros).

Una treintena de manifestantes hindúes se reunieron en el exterior para solicitar la anulación de la venta. MF Hussain es un musulmán que pinta las diosas hindúes desnudas, en escenas que algunos consideran pornográficas.

Si la noción de lo sagrado tiende a desaparecer en nuestras sociedades universalizadas, regresa al galope mediante la acusación de escándalo o de blasfemia. La cuestión es saber si la permisividad total no le quitaría todo interés a la provocación artística. Un extenso debate sobre la libertad de expresión y los fundamentos morales de la sociedad humana.