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El caos que viene

Liman
Adrián Mac Liman
[Marzo 2006]
Zona  columna 

¿Diálogo de Civilizaciones?

"Por qué se empeñan los occidentales en llamar islamistas a unos seres que se dedican a desprestigiar sistemáticamente el islam? El verdadero islamista pretende edificar un proyecto. Sin embargo, no es este el caso de Osama Bin Laden ni de quienes intentan convertir el islam en una opción totalitaria", confesaba poco después del 11-S un intelectual musulmán, partidario —al igual que otros correligionarios suyos—  del diálogo con la llamada "civilización judeo-cristiana".

Lo cierto es que el vocablo islamista, pésima traducción del inglés de lo que en realidad deberíamos llamar radical islámico, ha adquirido carta de naturaleza en el 'primer mundo', Designa a los violentos que propugnan la lucha contra los valores de otras culturas, la 'yihad' (guerra santa) contra el infiel. Paradójicamente, los medios de comunicación occidentales no dudan en confundir a sus lectores al aludir a la guerra contra el islamismo, convirtiendo esta palabra en sinónimo de 'teocracia' o 'totalitarismo'.

La perversión del lenguaje fomenta los prejuicios, abonando el terreno para el poco deseado “choque de civilizaciones”. Tras el escándalo desencadenado por la publicación en Europa de las irreverentes viñetas de Mahoma, la teoría de Samuel Huntington cuenta, desgraciadamente, con un sinfín de nuevos adeptos. ¿Por qué llaman islamistas a unos seres que se dedican a desprestigiar el islam? Sorprendido por la reacción violenta de los musulmanes, Occidente trató de apagar el incendio con los medios tradicionales: promesas, discursos, buenas palabras que sólo sirven para ocultar la escasa cohesión de los Estados que defienden los valores democráticos.

Durante la reunión extraordinaria celebrada recientemente en Doha (Qatar), el Grupo de Alto Nivel encargado de definir el contenido de la aún embrionaria Alianza de Civilizaciones trató de afrontar la crisis buscando, junto con emisarios del mundo árabe, nuevos cauces para el diálogo. Los participantes aludieron a un posible (aunque poco probable) intercambio masivo de estudiantes, la integración de las comunidades musulmanas de los países de Europa occidental, la eliminación de la intolerancia racial y religiosa, la aprobación de un Código de Conducta en materia de educación y la búsqueda de un lenguaje común en el ámbito de la información.

Nada nuevo bajo el sol. Se trata, en realidad, de una serie de propuestas presentadas por el Consejo de Europa o el Parlamento Europeo a finales de la década de los 80, cuando los organismos de Estrasburgo empezaron a debatir el ya entonces espinoso tema de la percepción del 'otro' en el imaginario colectivo. Huelga decir que, con el paso del tiempo, las buenas palabras se tornaron en papel mojado.

¿Existe un malestar en la 'otra' cultura? El ministro de Estado turco, Mehmed Aydin, estima que el Viejo Continente peca por "ignorancia, arrogancia y falta de sensibilidad". El primer paso hacia la solución del conflicto consiste en depurar el vocabulario de los islamólogosEl obispo sudafricano Desmond Tutu, premio Nóbel de la Paz, va aún más lejos, considerando que el verdadero problema estriba en los estereotipos empleados en Occidente. Un ejemplo: la percepción errónea del árabe ignorante-violento-terrorista ha sido ha sido debatida y censurada en la década de los setenta, durante los primeros encuentros euro-árabes. En aquel entonces, se advirtió sobre el peligro (acción-reacción) que conlleva una imagen distorsionada del islam.

Incumbe, pues, a la titubeante Alianza de Civilizaciones desempolvar los viejos informes elaborados por hombres de bien de otras generaciones, partidarios, en su momento, del diálogo entre las grandes religiones monoteístas. No es preciso hacer esfuerzos sobrenaturales; el primer paso hacia la solución del conflicto consiste en depurar el vocabulario de los politólogos, los islamólogos y… los estrategas del peligroso catastrofismo intelectual impuesto en los últimos años por los… integristas cristianos.