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Teson
Nuria Tesón
[El Cairo · May 2011]
Egipto  reportaje 

La violencia sectaria amenaza la democratización


Manifestación copta, El Cairo12 muertos y más de 230 heridos en un suburbio de El Cairo reabren el debate sobre la convivencia entre cristianos y musulmanes.

Empiezan  a ser demasiado frecuentes los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en Egipto, algo que no está dispuesto a tolerar el Ejército egipcio que ha expresado la necesidad de hacer un frente común “contra el intento de romper el tejido de la nación”.

La madrugada del domingo, el asalto de medio millar de salafistas a dos iglesias en el suburbio de Imbaba,  al norte de El Cairo, se saldaba con seis muertos que se convirtieron en 12 durante la jornada de ayer, tras fallecer varios de los heridos, que suman más de 200. Un tiroteo, que nadie sabe cómo empezó, acabó con el incendio de dos iglesias y tuvo varias réplicas durante el día en diferentes barrios de la capital egipcia.

El motivo que se desprende de las declaraciones de los vecinos es que los islamistas esperaban encontrar en el interior de uno de los templos a una supuesta cristiana que se habría convertido al islam para casarse con un musulmán y había sido encerrada. Ese mismo día había aparecido en un popular canal cristiano chipriota Camila Shehata, otra supuesta cristiana convertida a la fe de Mahoma cuyo caso ya fue motivo de protestas (además de una amenaza de Al Qaeda), porque supuestamente se encontraba retenida contra su voluntad en un convento.

Esta aparición pública podría haber encendido los ánimos. En Egipto no existe el divorcio civil porque los matrimonios están vinculados a la fe que profesan los contrayentes. Protesta copta en El CairoY, además el cristianismo no admite el divorcio, mientras que sí lo hace el islam. Por eso no resultan raras las conversiones para que una pareja mixta pueda casarse.

Ante el negro panorama que ofrecían las calles, el primer ministro egipcio, Essam Sharaf, se apresuró a aplazar una gira que debía llevarle al Golfo Pérsico, con una primera escala en Bahréin. La cabeza del nuevo gabinete —que gobierna el país desde que la revuelta popular iniciada el 25 de enero acabara en 18 días con 30 años de reinado de Hosni Mubarak— reunió de urgencia a sus ministros. Sin embargo, los primeros en pronunciarse, en un comunicado emitido a través de su página de Facebook, fueron los miembros del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas que gobierna de facto el país desde la caída del rais

Los militares no tienen la menor intención de permitir que se enturbie el proceso de transición que, aún en mantillas, ha empezado a gestarse en el Valle del Nilo.  En el bando emitido se afirmaba que los 190 detenidos iban a ser trasladados a un tribunal militar superior y que se iba a “condenar y castigar de forma ejemplar” a quién se le ocurra jugar con los valores de Egipto. La Junta militar manifestó también su intención de crear un comité que evalúe los daños y que establezca compensaciones económicas para los afectados.

Desde que la pasada navidad un atentado atribuido a islamistas en una iglesia en Alejandría acabara con la vida de 24 personas, se han sucedido los enfrentamientos entre ambas comunidades. La Fiscalía General abrió en febrero una investigación para determinar la implicación, como autor intelectual, del ex ministro de Interior Habib El Adly. El objetivo del ataque habría sido encender los ánimos entre cristianos y musulmanes.

Días después de la caída del presidente Hosni Mubarak se produjo otro grave enfrentamiento entre miembros de ambas confesiones que se saldó con trece muertos. Con el paso de los días se asentó la idea de que la batalla fue provocada por matones del depuesto régimen que intentaban sembrar el desconcierto y el odio para demostrar que sin Mubarak Egipto se sumiría en el caos.

Policía ante la iglesia Imbaba, El CairoEn cualquier caso los militares no van a permitir este tipo de insurrecciones y han exhortado a “los jóvenes de la revolución y las fuerzas nacionales, así como a los líderes religiosos, tanto musulmanes como cristianos”, a hacer “un frente común contra el intento de romper el tejido de la nación”.

En su opinión, “no hay otra meta que la estabilidad, la seguridad y la consecución de los objetivos de la revolución sin importar lo que haya que sacrificar”. Aunque para algunos este sacrificio parezca incluir la democracia.

Los activistas de derechos humanos se echaron las manos a la cabeza una vez más ante la perspectiva de que se vaya a juzgar a civiles en tribunales militares. Además, sigue existiendo la sospecha de que no sean motivos religiosos, sino políticos (un intento de desestabilizar el país por parte de afectos al depuesto régimen), lo que se esconde tras los ataques.

Coptos y musulmanes empezaron el mismo día del ataque de Imbaba una sentada frente al edificio de la Televisión en la que exhortaban al Gobierno a proteger a esta minoría y a no permitir que unos “exaltados” acaben con los logros de la revolución. En más de dos semanas de manifestaciones y acampada en la Plaza de Tahrir, durante la revolución, no hubo ni un solo ataque contra iglesias o bienes cristianos, un signo que muchos interpretan como “la normalidad”. Por lo que creen que los culpables del incendio de las iglesias están tratando de generar problemas entre ambas comunidades.

“Debemos acabar con la violencia, no debemos permitir que esas personas arruinen lo que hemos logrado en la revolución de enero”, opinaba Essam El Erian, portavoz de los Hermanos Musulmanes, en una entrevista televisiva el mismo día del ataque. “El incidente  de Imbaba muestra claramente que hay algunas personas que todavía están trabajando entre bastidores para inflamar la lucha sectaria en Egipto”, explicó.

”Yo creo que esas personas pertenecen al Partido Nacional  Democrático [de Hosni Mubarak] y todavía están decididos a desintegrar cualquier cosa adquirida en la revolución”, concluyó. Protesta copta en El CairoSin señalar culpables, muchos de los que se concentraban frente al edificio de la Televisión en El Cairo, coincidían con El Erian.

Los musulmanes que han protagonizado el ataque de esta noche pertenecen a la corriente de los salafíes, una de las más rigurosas del islam y que cada día está ganando más terreno en Egipto. Después de mantener un perfil bajo durante el régimen de Mubarak, desde el 11 de febrero, los salafistas están ganando presencia en las calles egipcias.

Esta semana protagonizaron una protesta en el centro de la capital por el asesinato del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, a manos estadounidenses, e intentaron llegar a la embajada del país norteamericano.

La violencia sectaria amenaza con hacer descarrilar el proceso que se inició el 25 de enero y que durante 18 días tuvo al mundo pendiente del pulso que el pueblo egipcio mantenía en la plaza de Tahrir.

Finalmente el régimen de Hosni Mubarak cayó y este, al igual que muchos de sus hombres fuertes, se encuentra detenido y acusado de diversos delitos que van desde el blanqueo y la malversación hasta el asesinato deliberado de 846 manifestantes desarmados. El propio Mubarak podría enfrentarse a la pena capital por esta acusación.

Leer más:
Viejos métodos para nuevas revoluciones. Reportaje de Nuria Tesón [2011]
Egipto bajo represión militar. Reportaje de Eva Chaves [2011]
Iglesia Copta. Fondo de MediterráneoSur.