Apóyanos

Publicidad
Cuentos Populares Bereberes Defensa Siciliana El caos que viene

Aranzadi
Unai Aranzadi
[Junio 2008]
Iraq  columna 

Triunfalismo iraquí

Ni perdón, ni reparación. A pocos meses de sus elecciones presidenciales y tras mas de cinco años de arrogancia y unilateralismo, la superpotencia americana destaca, en boca de su ministra de Exteriores Condoleezza Rice, la necesidad de “cooperar entre todos” para llevar a buen puerto su experimento iraquí. Y de nuevo con las mismas argucias de libertad, democracia y paz.

En 1998, tras uno de los frecuentes bombardeos estadounidenses sobre la indefensa población iraquí, su antecesora, Madeleine Allbright, aseguró sin sonrojo representar a “una América totalmente convencida de tener responsabilidades globales” Hoy, en la Conferencia por Iraq celebrada en Estocolmo, la historia se repite. Con el mismo perverso concepto de la responsabilidad, Rice exige “realizar un esfuerzo común” y mirar a Iraq “en positivo”, esquivando la más mínima autocrítica y lanzando el balón del adeudo y el reparo al tejado de la comunidad internacional. Rice exige “realizar un esfuerzo común” y mirar a Iraq “en positivo”, esquivando la más mínima autocrítica
 
Sin ir más lejos, Suecia, el país anfitrión de este encuentro, es quien ha pagado los platos rotos a nivel europeo, acogiendo a 25.000 refugiados. Una cifra pequeña si la comparamos con el desbordamiento producido en otros Estados que tampoco quisieron la guerra, como Siria y Jordania, los cuales suman mas de 2.000.000 de almas. Estados Unidos, en aras de esa responsabilidad a la cual ya apuntaba Madeleine Albright, ha incrementado su número en 200. Todo un ejemplo.

Esta escenificación llevada a cabo en Suecia no es ni mas ni menos que la culminación de un proceso para que Estados Unidos y el Reino Unido (entre otros precursores de la guerra, incluyendo España), puedan eludir sus responsabilidades.

Pero, ¿a qué se debe este desafiante optimismo? Quizás a que Bush y sus halcones republicanos necesitan cerrar la legislatura con triunfalismo. Mientras Teherán quiera, en Iraq habrá guerra, pero todos los actores armados han jugado sucio

Relacionar el incremento de exportación del crudo con desarrollo económico en un país donde la corrupción está institucionalizada, el desempleo es del 70% y el único medio de subsistir es a través de la política, la incorporación a filas o dando servicio a las multinacionales extrajeras es ser realmente optimista. O cínico.

Pretender ignorar a Irán como interlocutor válido para resolver el conflicto es una ilusión. Mientras el régimen de Teherán quiera, en Iraq habrá guerra. Pero es fácil atribuir la violencia sectaria tan sólo a los persas. En Iraq todos los actores armados han jugado sucio, incluyendo un oscuro episodio en los que dos agentes británicos fueron interceptados disfrazados de árabes estacionando un coche bomba en el centro de Basora, “la ciudad que protegemos” en palabras del entonces primer ministro Tony Blair.

Para que Iraq avance con solidez habría que dejar a los iraquíes hacer, sin abusos ni ingerencias. Si existe un Gobierno y un Ejército es más por necesidad que por convicción. Si ahora dicen que la violencia ha disminuido será por agotamiento y no por que se haya alcanzado una solución. A día de hoy, el mayor peligro al que se enfrenta Iraq es al terror que sus vecinos y Estados Unidos padecen por la auténtica democracia. Esa que le exigiría cuentas y condenas por haberle robado a las gentes de ese país la oportunidad de avanzar, respetando sus ritmos y los procesos propios e imprescindibles que toda nación libre necesita para conquistar una democracia de paz y prosperidad. Si es que le dejan, claro.

Leer más:
¿Quién quiere reconstruir Iraq? Reportaje de Topper [Jun 2005]
Foco Iraq